Educación cede y limita los cambios del examen de Selectividad.

El Ministerio de Educación y los rectores anuncian los cambios que han negociado sobre la modificación de la Prueba de Acceso a la Universidad. Queda pendiente el visto bueno de las comunidades autónomas.El Ministerio de Educación aparcó el verano pasado, después de unas elecciones regionales que limitaron sensiblemente el peso político del PP en las comunidades autónomas, la orden en la que incluía las reglas para la futura reválida de bachillerato que recoge la LOMCE y que debe sustituir a la actual Selectividad a partir del curso próximo.

Lo único que se mantiene, tal como recoge la ley, es su carácter de reválida. Es decir, los estudiantes tendrán que aprobarlo para obtener el título de bachillerato. 

Todos estos cambios suponen un esfuerzo extra que a mi juicio es innecesario. Esta modificación va a implicar un proceso de estudio y un costoso periodo de asimilación, ya que, tanto funcionarios como almnos deben acostumbrarse a este nuevo tipo de examen, a su desarrollo y nivel de exigencia. Todo ello supondría un conflicto pues incluso antes del cambio ya había pequeñas modificaciones en el temario de cada asignatura

Antes de su aprobación y puesta en marcha, se debería debatir e informar de manera escrupulosa en qué consistirá el nuevo modelo de examen y también el método de corrección. 

El examen de selectividad es algo más que una simple prueba de acceso a estudios superiores, es considerado como un paso de madurez. Un objetivo que satisface cumplir. Un examen que cambiará la vida de muchos jóvenes y definirá su futuro. 

No deberíamos cambiar de forma tan brusca un hecho tan importante en la vida de los estudiantes. 

¿ A caso se ha valorado el esfuerzo tan grande que supone un cambio de esta índole? Seguramente no, y esperemos que dicha modificación no afecte a las oportunidades de los futuros estudiantes, sin olvidar el sobreesfuerzo de los funcionarios que deben adaptarse a los cambios impuestos por el estado.